{este soy yo}

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San Salvador, San Salvador, El Salvador
En algún momento soy diseñador, en otros artista, en algún tiempo soy docente, a veces soy muchas cosas, y me gusta amar lo que hago. A veces sólo existo. Y otras soy yo. Miembro de: Helio Colectivo Creativo, JCI El Salvador, Red Vanguardia, Espacio Migrante, Moby Dick Teatro.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Cómo empezar una conversación

Cuando hay muchas entradas acá. La mayor parte del tiempo es porque... no sé con quien hablar. O es que yo perdí la capacidad de hablar. ¿Seré el único que encuentra un poco de fe en las personas? y piensa... "él puede ser un amigo". Esa sensación estúpida de pensar que al crecer, talvez, la gente puede compartir con uno, no sólo la vida superflua, sino, lo que en realidad son.

No quiero decir que todos somos unos sacos de pensamientos y sentimientos profundos, pero tampoco creo que todos seamos unas sonrisas permanentes o la felicidad de facebook.

Quiero creer que alguien. Alguien en algún lugar del mundo se siente igual que yo.
Quiero pensar que en algún remoto alguien lee esto.
Quiero creer que no soy el único acá encerrado.

Quiero imaginar que hay personas que quieren hablar.
Simplemente decir tanto, y no guardar.
Decir todo lo que salga.
Hablar.

Llevame lejos.
Llevame a algún lugar donde nadie me conozca.
Aunque posiblemente, nadie quiere hablar conmigo ahí tampoco.

¿qué te pasa hoy?
¿qué tal tu año?

-todo lo arruinás ¿sabés?

todo termina - o empieza igual.

Dedicame un poco de tiempo.
o hacé las cosas diferente.

Hacé todas las cosas de otra manera.

Luego te das cuenta que en realidad. ¿en quién podés confiar?

¿En quién?

Tranquilizate. Todo está bien.
has hecho tanto.
sos bueno en lo que haces.

tranquilizate.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Navidad a los 27

Soy de los que no recuerda en que momento dejó de interesarle la navidad -o la fiestas en general de finales de diciembre-

Soy de estos que a las 6:30 pm escriben porque no hay nada más productivo que hacer. No sé si es por tener siempre expectativas incumplibles, o porque no tengo el mismo nivel de alegria navideña que el resto de las personas. Por lo tanto: escribo. Me siento en algún espacio para pensar y darme cuenta de como pasan los años, y en estas épocas: literalmente frente a mí.

Es curioso que uno no pueda sentirse sin ganas de celebrar, porque luego vienen todas esas palabras añadidas a mi nombre: grinch, agua-fiestas, depresivo, negativo. Etc. Pero no estoy seguro si sea depresión-negatividad. Sino que en realidad, no he encontrado una forma de disfrutar la navidad de la misma forma en que otras personas lo hacen, y obviamente no celebrar de esa forma indica algo malo.

Soy malo para las celebraciones familiares, porque si hablo en serio, no tenemos una familia, no hay primos, ni tíos, y generalmente los pocos que hay harán la misma pregunta de siempre, ¿qué tal el trabajo?, y cuanto tiempo ha pasado desde que me ven. Sé que con un poco de esfuerzo pudiera tratar de seguir una conversación de cualquier cosa existente, dar sonrisas y estar presente. Pero, la verdad es que no tengo los ánimos y deje de tenerlos.

Sé que me gustaba la navidad, en mi infancia, la emoción del estreno, de esperar el día, de ver a mis primos y vecinos, reventar cohetes, correr, abrir regalos, comer, desvelarme oír el montón de ruido y música. Me gustaba, pero luego cada una de las cosas se fueron, y en realidad no importaban las cosas materiales, me dí cuenta que las personas eran las que faltaban. En mi colonia no hay ya nadie de mi edad, ya no hay vecinos para platicar, pasar, visitar, jugar, ha quedado sola, con personas mayores, y niños, niños que ahora disfrutan lo que yo hice hace mucho.

No habían familiares realmente cercanos que visitar, o que nos visitaran. No habian regalos debajo del arbol, ni cohetes, o las ganas de reventar cohetes. No habian amigos. Porque todos pasan con su familia, y siempre ha sido así. No hay personas con las que pasar.

Si, lo sé. Suena bastante negativo-triste-depresivo-exagerado. ¿Pero es lo mio no?, es decir, no he de compartir lo que los demás, no he de tener las ganas de los demás, ya que todos somos diferentes y sentimos, reaccionamos diferente.

...

Y es que, existe en estas fechas una especie de melancolía por lo que no existe, una melancolía de pensar, soñar, anhelar, imaginar, como sería esta navidad, como quisiera que fuera esta navidad. Como me gustaría pasar, sé que lo complicado está en que uno se crea expectativas tan altas que es obvio que nada pasará, pero también creo en cosas pequeñas, como siempre he creido.

Antes era yo el que llenaba el jardín de luces, ponía el árbol y todas las decoraciones, luego, o poco-a poco- todo fue desvaneciendo, una manta cubre esas emociones-estados. Y fui quedando así.

Soy de estos que llegó a darse cuenta que hoy es un día cualquiera.

Y sé que está toda mi familia - mi núcleo. Y lo aprecio mucho, de verdad, pero siempre existe ese "algo" que falta. Esa cosa que me haga decir que es una celebración que anhelo que llegue.

No soy religioso, así que no comparto ir a la iglesia (cosa que mi familia si hace)
Pero, no me siento cómodo. Nunca me he sentido bien con las religiones.

Soy de estos que siempre se sienta y piensa de la navidad.

porque algo falta.

7:00 pm - 5 horas.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Pasar y pasar.

Y me ves.
O me pregunto si sabrás lo que hago.
si me odíás,
no, seguramente no.
Soy parte ahora del montón de cosas que simplemente te dan igual.
Vos.
No me das igual.
De hecho me importás.
Más de lo que pensás.
Va más allá de los días contados de conocerte.
De sentirte.
De pensarte.
De saberte.
Equivocarme,
contadas veces.
o incontables.
Conejos que saltan.
y otros animales que usan las mismas frases.
y palabras.
Y no sé que será,
cuando vea el horizonte.
cuando vea el horizonte.
cuando vea.
¿Qué será cuando pase el tiempo?

martes, 4 de diciembre de 2012

Kilómetros alejado del país de la salvación.



Siempre quise esto: alejarme.
Un momento, por un determinado espacio de tiempo.
Lo escribía y lo decía.
Lo anhelaba y lo soñaba.
Siempre quise esto: estar lejos.
Las fronteras acá son nada.
Pequeños espacios parecidos.
Pero esta vez era diferente.
Había un papel,
en un papel había un destino desconocido.
había un papel.
Con ese impreso tenía acceso a otro mundo.
Otro mundo.
A nadie le conté mi sensación,
a nadie le dije que sentí luego de la despedida.
Sólo iba guardando imágenes en mi memoria.
Sólo iba caminando sin saber mucho.
Me quite los zapatos, el cincho, las monedas y todo lo que había en mis bolsillos.
Mi bolso inseparable y los puse en el observador.
traspasé la seguridad
y caminé.
me dispuse a ver las tiendas y los aviones.
Al llegar la hora, me senté en una banca frente a los vidrios.
Tenía frente un avión de tamaño regular.
Oí la llamada
y acudí a enseñar el papel.
entré al tunel gris con cristales.
dejaba atrás mucho.
entré al avión.
me senté.
No había ventana.
pero estaba bien.
esperé.
Luego de las instrucciones de seguridad,
luego de estar todo listo.
Empezó a recorrer.
Y siento la presión,
en mi pecho,
vamos hacia arriba,
vamos hacia arriba,
y no podés ver hacia atrás,
sólo mirá para arriba,
nubes.
más arriba de las nubes.
y ahí, en el cielo,
en ese momento salió,
espontáneamente una lágrima.
Si me iba.
Si me alejaba.
Tres horas luego, estaba viendo dos oceanos juntos,
a un lado el Pacífico y al otro el Atlántico.
Y aterrizamos: Panamá.
Estaba 4 países lejos del mio: 4 fronteras.
Y ya respiraba distinto.
Esperé 2 horas para el siguiente vuelo,
así que de nuevo,
caminé,
un sorbete,
caminé
veía los aviones
y observaba a la gente que viaja.
son tantos los que viajan.
A diferentes destinos.
Todos se alejan o se acercan.
Yo me alejaba de todos, de todo.
y me acercaba a mí.
El siguiente vuelo estaba listo,
Un avión gigantesco.
Inmenso.
Yo: nervios.
Yo que aún no sabía que hacía.
y tenía ventana.
En la noche.
Luego de un momento,
estaba listo para el despegue,
luego de 3 intentos fallidos por ruidos extraños.
detenerse a revisar que sería.
Finalmente despegó,
toda Panamá de noche.
luces que se alejaban.
Y yo, que no sólo viajaba por el mismo continente.
sino que me dirigía a otro.
horas en un oceano,
horas sin ver nada,
12 horas.
Había luz, en las ventanas.
Luego de más de la mitad del recorrido.
y mi ansiedad por ver algo más que las nubes.
nubes que parecían mar.
Cuánto esfuerzo,
cuántas ganas.
Yo en mi primer viaje lejos.
Yo que escribía esto.
Y en realidad estaba pasando.
Y después de esas 12 horas.
Vamos hacia abajo.
Tierra,
de todos colores.
por sectores,
cantidades enormes.
Extensiones inmensas.
Esto es España.
me dije.
Aquí estás Sarbe.
Aquí estás Sarbe.
del otro lado del mundo.
Este sos vos Sarbe, llegando al otro lado del mundo.
Ibamos a tierra.
Y hemos llegado.
Me detuve en el enorme aeropuerto.
Me detuve.
y contuve la emoción.
Sólo grababa videos en mi mente.
Hacía espacio en mi memoria para todo esto.
Y mi salvación estaba ahí.
no en esos veinte mil kilómetros cuadrados que había dejado atrás.
no en ese pedacito de tierra.
Y todos mis conceptos de la vida se venían encima.
Y todo era contradicción.
Y relativo,
y extraño.
Yo que nunca creía en alejarse del país de uno.
Yo que me he dado cuenta de otras realidades.
Yo que no sé si es en realidad el país de la salvación.
Pero que debo salvarme a mi mismo.
Y llegué.