Un día,
que honestamente no recuerdo bien,
él caminó por una montaña,
llevaba un bote,
de vidrio,
grande.
cerrado.
Brillaba,
azules y celestes.
No quise acercarme para preguntarle que era lo que estaba adentro.
Él, lentamente se fue a la punta de esa montaña,
la más alta de la Puerta del Diablo.
Abrió el bote lentamente.
suspiró antes y cerró los ojos fuertemente.
Y de el, como ráfaga de luces,
miles de mariposas salieron,
volaron hasta que no les pude ver más,
se fueron.
alto.
arriba.
en las nubes.
Y desde ese día,
lo que si recuerdo bien,
es que yo,
era él.
yo ya no tengo mariposas.
Adentro.