Quizás he olvidado como entablar una conversación con los demás, a veces tengo esta idea que no muchos en realidad quieren hablar, hablar de las cosas que de verdad importan, yo dejé de creer en muchas personas, he dejado de pensar en la amistad, como solía hacerlo cuando tenía 17, no soy yo en realidad, soy consciente de ello, soy alguien más allá afuera, soy el loco y raro, el enojado y estricto, el sonriente o serio, soy todos pero no el verdadero, quizás ni yo mismo sepa ya quien soy yo. O Quizás sea el cúmulo de tantas cosas que yo mismo cree otro concepto de mi mismo.
Es tan contradictorio el hecho de querer hablar cosas, de querer compartir sentimientos, y en el momento justo, en ese momento en que podría hacerlo, cortarme, quebrarme, huir, dejar la escena, ese miedo de pensar que podría asustar a los demás si conocen más allá de lo que está a simple vista.
Me he cerrado por decisión propia a hablar, y las veces que he podido hacerlo han sido contadas, y es que, ¿a quién no le da miedo que le conozcan?. Del otro lado tengo que decir que estoy aburrido de pretender tener amigos. De ceder mi mano y decir las frases gastadas que se dicen pero que nadie las cumple, de yo decirlas pero que en mi caso, las contrapartes no lo cumplan... frases como "en mí podés encontrar un amigo". O me utilizan para algún favor o simplemente se pierden. Creo que estoy próximo a dejar de sentir esa emoción de hacerme pensar que tengo un amigo nuevo, de pensar que con alguien puedo compartir algo más, quizás porque todos esos proyectos de amistad terminan cayéndose. Quizás porque a las contrapartes también les da miedo compartir, que les conozcan y que en un sentido bastante figurativo, nos desnudemos.
Conozcás a la persona real.
No soporto la gente sumamente positiva, me hace pensar que no son totalmente positivos y algo debe haber dentro de ellos que tampoco quieren compartir. Quise pensar que yo podía ser esa persona que podía ayudar a los demás, a salvarles de algun momento, y luego, en realidad, me hundí en serlo para las personas que he amado, y que obviamente ya no están a mi lado. Como mi repetido y querido escrito "puente", me convertí en eso, en un recorrido para los demás. Llegué a pensar que si conocía a alguien, y que si las cosas apuntaban a una relación amorosa, que si luego las cosas no sucedieran bien, yo podría decirles "no te preocupés, siempre después de mi viene algo mejor" y es que siempre ha sido así. Asumo que está bien,
¿todos vamos hacia algo mejor no?, pero odio tener que estar en primera fila viendo el "mejoramiento" de los demás menos el mío.
Quiero llorar con alguien, he llorado y abrazado a las personas que he jodido emocionalmente, he llorado frente a otras para pedir perdón, me he hincado, he llorado para decir adiós. Pero una vez, quisiera llorar con alguien sin ningún sentido aparente, sólo por verle, sólo por sentirle. Y después reír. ¿escena tonta de película taquillera de Hollywood?
Luego, el otro pensamiento se acerca por mi cabeza, ¿Y si estás aquí para alegrar momentos de las personas? Si, en realidad mi deber es saberme solo, es aceptar que todo el mundo se irá en algún u otro momento. ¿Soy un estúpido, cierto?. Hay tanta gente que quiere estar con vos Sarbe, tanta gente que te quiere, tantas cosas que has hecho... ¿entonces?
Ese es el dilema de siempre. Esa es la pregunta de todos con los que he hablado de alguna cosa de mi vida.
Y justo en esa pregunta terminan de conocerme.
Esa pregunta me mata, me detiene a seguir desnudándome. Hace que vuelva a ponerme la ropa, y la bufanda y el abrigo.
Esta estúpidez de querer vivir con alguien, y luego agregar la filofobia, agregar mi temor de pensar en los demás, en qué dirán, de pensar ¿y si todo se acaba?, no, no soy tan impulsivo para las relaciones, ya no más. Me rehuso a ser impulsivo al amor.
El amor no lo es todo. Lo afirmo, lo repito, lo capitalizo: EL AMOR NO LO ES TODO EN UNA RELACIÓN. Me hice exigente, y ya no me vale sólo el amor, y a esto debo agregar que en realidad, no estoy seguro si puedo enamorarme. Y es que hay tantas cosas más: paciencia, trabajo, educación, hobbies, seguridad, confianza, y mi lista no terminaría.
Esta semana he botado dos bolsas completas de recuerdos, de fotos, de cartas, tarjetas, regalos. ¿Para qué tener más? Estoy seguro esas personas me han olvidado, me enterraron, y yo, por lo menos botaré las cosas, los recuerdos quedan demasiado bien engravados dentro de mí. Maldita memoria, Maldito corazón que se enfría cuando recuerdo.
¿qué soñar ya?
Claro que hay fe y esperanza, y eso.
Pero también, como hoy, un espacio para llorar. Para la lluvia, para querer dejar ir, querer gritar nombres y apellidos y que se vayan.
¡Por una puta vez, Disculpenme, pero quiero borrarles,
Dejenme decirles adiós,
dejenme ya,
ustedes están haciendo su vida,
dejen hacer la mia,
Lo siento,
de verdad, lo siento por querer olvidarles,
este no soy yo,
pero si lo soy al final,
adiós!
....
Y me digo.
Ya no más Sarbe.
Hoy ya no llorés más.
Hoy ya no llorés.
Hoy ya no.
Ya no.
No.
Hoy.
Es
Hoy.
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