{este soy yo}

Mi foto
San Salvador, San Salvador, El Salvador
En algún momento soy diseñador, en otros artista, en algún tiempo soy docente, a veces soy muchas cosas, y me gusta amar lo que hago. A veces sólo existo. Y otras soy yo. Miembro de: Helio Colectivo Creativo, JCI El Salvador, Red Vanguardia, Espacio Migrante, Moby Dick Teatro.

jueves, 12 de julio de 2012

Ese día él me mató.

Frente a mí,
todo da vueltas,
todo se vuelve borroso,
y me siento mareado.
Dentro de mí hay unas ganas de cerrar los ojos
para ver negro.
se vienen los recuerdos,
de mi madre gritando.
de mi hermana escondida,
y de mi cuerpo pequeño viendo hacia arriba,
con ganas de correr,
con ganas de alejarme,
mi madre gritando,
mi hermana escondida,
y yo viendo hacia arriba.
Frente a mí,
todo da vueltas,
y el mareo se incrementa.
Regreso a esta edad,
a estos veintisiete años,
queriendo jugar a olvidar,
todos olvidaron,
todos se movieron,
menos yo,
nadie de ellos tres recordará nada de esto.
y nuevamente me dirán que miento.
y seguramente por eso,
para todos,
soy el perfecto mentiroso.
Pero al estar en esta casa sólo,
en el comedor,
en el pasillo que da
entre el comedor y la cocina,
estaba él:
mi padre,
mi madre gritando,
y mi hermana escondida,
mi cuerpo pequeño,
y yo,
viendo hacia arriba,
a alguien que en ese entonces,
parecía tres o cuatro veces más grande que mi tamaño.
y luego.
ella gritaba más,
sosteniéndome.
mi hermana seguía escondida.
no sé donde.
él,
abrió una gaveta de la cocina,
sacó un cuchillo,
llego a mí,
y mi mareo se incrementó.
todo giraba a un lado y al otro.
todo daba vueltas,
y no sabía que hacer.
los gritos de mi madre,
y los gritos de él,
sus rostros rojos,
enfurecidos,
con ira,
con furia,
yo en medio.
yo en medio.
yo en medio.
Quería hundirme,
que en ese momento,
mi pequeño corazón dejara de palpitar,
esa, era una de las tantas veces,
que deseaba con todas mis fuerzas morir.
que no existiera.
que yo no existiera.
que yo no estuviera.
que ellos no estuvieran.
que no hubiera nada.
él tomo el cuchillo,
lo puso en su pecho,
la punta en su pecho.
y ella gritaba.
y yo me hundía en mi mismo.
frente a mí,
todo daba vueltas,
a un lado y hacia el otro.
él tomó mis manos,
con fuerza,
con fuerza tomó mis manos.
para que sostuviese el cuchillo,
contra su pecho.
Yo, estaba ya muerto.
ya en ese momento,
no existía.
No era yo.
Ni quería ser yo.
ya no era nada.
Sólo era carne sin movimiento.
Mente vaciada en el tragante de la muerte.
Y mi corazón dejó de palpitar.
¿para qué habría de palpitar?
Frente a mí,
todo da vueltas,
todo se vuelve borroso,
y me siento mareado.
Dentro de mi hay unas ganas de cerrar los ojos
para ver negro.

No hay comentarios: