Camino y veo un mundo común y ordinario, camino e imagino que vivo en algún lado con gente que no me ve, que sólo transito en espacios donde no soy nada más que el viento, el sonido, la luz, la emoción de un algo. Algo que aún no sé.
Y a veces, admito no quiero ser el único que camine. No quiero ser el único transparente, admito que estas semanas se vuelven largas, largas cuando tenés tanto que decir, o tanto que hacer y lo tirás en estás líneas.
El mundo sigue dando vueltas, y mi cabeza también.
Mi mundo hoy, inquieto, o al rato quieto de no querer inquietarse.
Hoy, quiero mutarme. O algo así, Quiero ser más normal. Más común y más corriente.
Hoy, quiero tener un nombre más... menos especial.
Ser una equis, un cero o un espacio en blanco.
Me molesta esto de los caminos cruzados y estas analogías que la vida es un camino, me molesta que todos tengan uno, y otros caminan en los que no son de ellos.
Me molesta que de tantos caminos no me cruzo en el de nadie.
sigo en el mismo.
Pedazos de recuerdos y memorias y piezas de sueños que no se pueden construir totalmente.
Nada más que hojas que se escriben un día y conversaciones que se quedan en un archivo inconsciente de la memoría, cuantas palabras rebuscadas quisiera usar para que nadie entendiera, para que nadie comprendiera y aún así se pudiese comprender algo. Nada más que cuerpos que caminan a diferentes direcciones en diferentes velocidades. Rostros que conocemos, y a veces no.
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