Quizás perdí el protocolo señorita.
Quizás no sea el que usted deseaba.
O quizás usted ha sido también de otra forma.
Lo cierto es que lo de confiar en los demás no es algo tan sencillo.
No creo en lo duradero,
quizás porque no hay mucho que dure tanto.
Mi paciencia empieza acabarse,
contrario a escribir mil líneas como usualmente suelo hacerlo.
Esta vez no hay mucho que dicernir sobre lo que ya ha sido expuesto anteriormente.
Quizás yo soy el que está presionando el botón de emergencia.
Quizás soy yo el que debe irse.
Quizás yo simplemente no quiero creer.
Todo generalmente termina estando en una caja de recuerdos.
Guardada encima de todo el presente.
Puede parecer que todo esto signifique mucho más para alguno de los dos.
Pero ambos tenemos nuestras versiones.
Somos sólo cajitas guardadas en cajitas.
Somos sólo fotos posteadas en muros.
Somos sólo sonrisas estancadas en el tiempo.
Posiblemente seás demasiado amable para mí.
Quizás no.
Puedo ir en reversa.
Y me asquean los te quieros y te amos de un día para otro.
Llamar amigos o amigas a quien no tengo mucho tiempo de conocer.
Pero que luego se molestan.
Y eso.
Pido perdón por desconocer las nuevas reglas de la amistad.
del dejar de querer porque sí,
y el querer así nada más porque si también.
Esas cosas hechas a mano y regaladas,
esos abrazos con dudas.
esos rechazos
y esos momentos.
Entre más gente viene,
más la fobia.
Entre más preguntas,
más miedos.
Entre más,
hay más o menos.
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